Sin embargo allí fueron descubiertos por las autoridades colombianas y fueron enviados a Ecuador para ser enjuiciados.
Durante el juicio los acusados defendieron sus acciones argumentando que el señor Cobos gobernaba la isla de San Cristóbal de manera tiránica con la complicidad del señor Reina, sometiendo a los trabajadores a malos tratos, condiciones precarias y castigos excesivos.
[1] Los asesinatos ocurridos en la isla causaron mucha conmoción en el público y recibieron amplia cobertura por la prensa de aquel entonces.
[1] A pesar de que las Islas Galápagos fueron descubiertas en 1535, este archipiélago no fue habitado hasta los 1800's, cuando se iniciaron las primeras expediciones colonizadoras.
A lo largo del siglo se realizaron varios proyectos privados en distintas islas que tenían por objetivo explotar los recursos naturales del archipiélago, especialmente la Orchilla, un liquen que era utilizado para la creación de pigmentos para textiles.
Los pagos a los empleados del ingenio eran pobres y se hacían en dinero irregular, el cual consistía en fichas de cuero y billetes acuñados por la misma hacienda, esta moneda solamente tenía validez en las tiendas que pertenecían el señor Cobos.
Al caer, una multitud se le echó encima para matarlo, algunos parecen haberse ensañado con el cadáver.
La autopsia posterior encontró que Cobos tenía una pierna rota, dos heridas de machete en la cabeza, cuatro disparos, uno en el pecho, otro e la pierna y dos en la espalda, y además tenía la mandíbula totalmente despedazada.
La autopsia del cadáver registró una herida de bala que entró por encima del hombro izquierdo y salió por la espalda, hiriendo arterias y dañando su pulmón, además fue acuchillado en el vientre, dejando sus intestinos expuestos.
Pues en estos libros se guardaba la información de que deudas tenía cada quien con la hacienda.
Don Daniel Campbell, un empleado de la hacienda y leal a Cobos, declaró haberse encargado de recoger los cadáveres y darles sepultura en un maizal frente a la casa del Ingenio.
Al fondear en la bahía de Puerto Chico, el señor Campbell se acercó en un pequeño bote para advertir a la tripulación que varios hombres estaban planeando tomar el control del navío para huir de la isla.
Las noticias de los ocurrido en las Islas Galápagos sin embargo llegaron antes que los mismos amotinados, pues estas fueron transmitidas mediante telégrafo.
El navío llevó varios soldados por si fuera necesario tomar el control de la isla por la fuerza.
Adicionalmente, la misión también llevó consigo a un corresponsal del diario El Telégrafo, al nuevo Jefe Territorial del Archipiélago, don Juan José Pino y el nuevo administrador de la hacienda, don Arturo M.