Fue utilizado para describir a la granja que estaba situada cerca de la aldea de Kaifeck y que se encontraba oculta tras unos bosques (el prefijo hinter, utilizado en muchos lugares alemanes, significa detrás).
También alertó sobre haber oído pisadas en su ático y hallado un periódico en su porche que nadie en la familia reconoció.
[1] Seis meses antes, la anterior ama de llaves había huido del lugar, aduciendo que la casa estaba embrujada.
Explicó que oyó voces extrañas y otros ruidos en los alrededores de la casa.
Los cadáveres fueron decapitados y las cabezas enviadas a Múnich, para ser examinadas por clarividentes, sin que obtuvieran ningún resultado.
No obstante, esta teoría se descartó rápidamente al encontrar gran cantidad de dinero en la casa, así como algunas joyas.
Después, la policía comenzó a sospechar que los asesinatos habían sido parte de un crimen pasional.
Andreas Gruber era impopular entre sus vecinos, quien era considerado por estos como alguien arisco y malhumorado.
Su reputación empeoró cuando sus vecinos lo acusaron de tener una relación incestuosa con su hija Viktoria, que habría empezado cuando esta última contaba con 16 años.
", como su padre, pero el documento no logró amortiguar las sospechas de los vecinos.
Pero al final, simplemente no tenían suficientes evidencias concretas que lo relacionaran con el crimen y nunca fue detenido por ello.
Una idea era que el marido de Viktoria, Karl Gabriel, llevó a cabo los asesinatos.
No obstante, la mayoría de sus camaradas dijeron haberlo visto morir en la guerra y dichos informes fueron creídos por la policía.
Una última teoría involucra a extremistas políticos de derecha o izquierda, cuya violencia asoló Alemania desde 1921 hasta 1933, cuando Adolf Hitler subió al poder y suprimió toda oposición política al nazismo en todo el país.
[2] Los detectives y el inspector Reingruber interrogaron a más de 100 sospechosos por los crímenes, ya fuesen residentes o transeúntes, pero no presentaron cargos contra ninguno.
Una mujer mayor se acercó a la policía en 1999, argumentando que su ex-patrón afirmó tener conocimientos de los crímenes en 1935; pero sin ningún sospechoso vivo, el aporte de la mujer no llevó a nada.
Sin embargo, los estudiantes dieron con un principal sospechoso, pero no lo nombraron por respeto a los familiares que aún viven.
Hay dos películas con el nombre Hinterkaifeck: una dirigida por Hans Fegert en 1981, y otra por Kurt K. Hieber en 1991.
[7] En 2006, la escritora alemana Andrea Maria Schenkel escribió una novela titulada Tannöd donde se cuenta la historia de Hinterkaifeck usando diferentes nombres para los lugares y las personas involucradas.
En esta novela, la víctima más joven de la matanza sobrevive y regresa a la granja como un adulto para investigar el crimen.