En sus primeros años de vida atravesó por diversas etapas en donde se fue creando y organizando en todas las diócesis del país.
Cada año se reunían sus delegados en la Ciudad de México, en lo que llamaron Consejos Federales, para conocerse, estudiar los problemas locales y nacionales, tomar resoluciones y designar autoridades supremas entre otras tareas vitales.
Los grupos que se encontraban dentro de una diócesis estaban a cargo del asistente eclesiástico diocesano que era designado por el obispo de la diócesis.
El primer presidente general de la ACJM fue René Capistrain Garza; el segundo fue Octavio Elizalde.
En este año también se crea la Acción Católica Mexicana y se integra de 4 organizaciones base, la UCM, la UFCM, la ACJM y la JCFM.