La asociación lucha por crear conciencia en las personas para que no asuman la cría de estas aves con un fin puramente ornamental o comercial, sino como un medio para mantener las especies, y que cuando las especies silvestres se mantengan apresadas se les propicie la supervivencia y reproducción, y que se obtenga un máximo de conocimientos sobre sus hábitos.
La asociación promueve sólo la cría de aves que puedan ser reproducidas en condiciones artificiales.
Sin embargo, algunos de sus miembros mantienen aves silvestres cuya captura y cautiverio están prohibidos.
Suministra a sus afiliados alimentos compuestos de semillas como alpiste, millo, panizo y girasol.
Cuenta en La Habana con una clínica ornitológica con veterinarios como el doctor Carlos Soto y técnicos especializados para la atención de las aves de las personas que acuden a ella.