Una joven heredera (epíclera) debe contraer matrimonio con su pariente más cercano a fin de asegurar que su patrimonio familiar no se atomice.
La chica está prometida al también joven Quéreas.
Y lo cierto es que la ley le ampara, ya que se trata del pariente más próximo de ella.
A continuación se finge la muerte de Queréstrato (que también tiene una hija joven casadera y con dote) con lo que el avaro Escrímines tendrá que elegir con cuál de sus dos ricas sobrinas casarse.
Parece, dado el estado fragmentario de lo conservado, que al final el joven Quéreas consigue casarse con su antigua prometida.