Astrid Proll estuvo envuelta en asaltos a bancos y era una experta en el robo de vehículos.
Inicialmente una red de simpatizantes y recursos la ayudaron a salir hacia Italia, pero ella sentía que la situación la sofocaba.
Durante ese tiempo, ella trató de mantener un bajo perfil y fue deliberadamente vaga en cualquier referencia a su pasado.
Estuvo detenida y luchó contra la extradición hasta que ella misma decidió voluntariamente regresar a la República Federal de Alemania en 1979 para defender su caso.
Una banda de rock experimental en Puerto Rico lleva por nombre Astrid Proll en honor a la terrorista.