Con la referencia al lugar donde van a moler, nos indican la inexistencia de molino propio.
De este modo encontramos que las fuentes consultadas NO dan referencia de castillos, atalayas, ni estructuras defensivas en el municipio, al menos en el siglo XVIII.
Con base en estos datos contrastados en los citados documentos de reconocido valor histórico y puesto que la construcción actual no existía en el periodo comprendido entre los siglos XVI al XVIII, resultaría cuando menos gratuito identificarlo con una posible atalaya.
Para datar exactamente su origen se hace indispensable un estudio arqueológico del subsuelo, tanto del interior como del exterior, de la construcción actual que permitiría definir los antecedentes cronológicos de la misma.
El diámetro interior es de 4 metros y el espesor de sus muros de 1,35 m. La construcción consta de dos cuerpos desde su base a los que con posterioridad se añadió un tercer cuerpo, que no guarda la técnica constructiva inicial y está acabado con un pequeño tejado que protege el interior de las lluvias y la intemperie.