El atentado dejó nueve muertos y trece heridos, todos parte del cuerpo policial pakistaní.
Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque.
[1][2] Los heridos habían sido transportados al Hospital Civil de Sibi.
[3] El gobernador de la provincia Mir Abdul Qudoos Bizenjo, condenó el ataque y prometió hacer fracasar todas las conspiraciones para crear disturbios e inestabilidad en la provincia con el apoyo del público.
[3] El primer ministro Shehbaz Sharif, también condenó el incidente y prometió librar al país de la amenaza del terrorismo.