En la Ilíada, se dice que Ate es la hija mayor de Zeus, sin mencionarse madre alguna.
En su Teogonía, Hesíodo afirma que la madre de Ate es Eris (Discordia), pero no menciona a ningún padre.
Las Litaí (‘oraciones’) iban en pos de Ate, pero ella era rápida y las dejaba muy atrás.
Más tarde Ilo, persiguiendo una vaca, fundó allí la ciudad de Ilión, esto es, Troya.
En su obra Julio César, Shakespeare presenta a Ate como una invocación de la venganza y la amenaza.