Después, utilizaron una barra antirrobo conectada al volante para guiar la dirección, encendido y engranajes, y empujaron el automóvil sin conductor hacia la casa cuartel.
Sin embargo, fracasaron en su objetivo y el coche chocó contra la pared de un banco cercano, siendo abandonado allí por los militantes.
[2] Una hora más tarde, los empleados del banco llegaron para empezar su jornada laboral y notificaron a la policía local la presencia del vehículo.
Una vez dentro del depósito, la bomba estalló, falleciendo al instante el conductor de la grúa y los dos policías locales que lo acompañaban.
[3] Las víctimas fueron Francisco Cebrián Cabezas, José Luis Jiménez Vargas y Víctor Manuel Puertas Viera.