Varios edificios, incluyendo el concurrido al-Hadi Centre, resultaron gravemente dañados.
[3] La policía iraquí reveló en sus primeras informaciones que al menos 125 personas habían muerto y más de 150 heridas debido a los atentados.
El grupo terrorista Estado Islámico emitió un comunicado afirmando ser responsable del ataque y que había atacado deliberadamente a los musulmanes chiíes,[5] e identificó a uno de los atacantes suicidas como Abu Maha al-Iraqi.
[7] La participación de este grupo en el ataque aún tiene que ser verificada independientemente por las autoridades.
[3] El primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, visitó la escena del ataque al día siguiente, y fue recibido por una multitud enardecida al grito de "ladrón" y "perro".