[2] Su obra más conocida es Hermana Otra,[3] un libro de ensayos que contiene varios de sus textos más influyentes en las luchas contra el racismo, el machismo y la opresión heterosexual como son No hay jerarquías en la opresión y Las herramientas del amo no destruirán la casa del amo.
[4] Tuvo amores lésbicos en su juventud y sufrió homofobia al intentar adherirse a la asociación de escritores Harlemn Writers Guild en los años 50.
No se rindió y frecuentó los círculos culturales gays de Greenwich Village.
[5] Recibió un subsidio de NEA en 1968 y fue contratada como “poeta residente” por el Tougaloo College donde conoció a quien fue su pareja durante diecinueve años, Frances Louise Clayton.
El término "afro-alemán" fue creado por Lorde y otras alemanas negras como un gesto hacia el movimiento afroamericano.
Durante sus diversas estancias en ese país, Lorde dejó una honda huella en mujeres como Mayo Ayim, Ika Hügel-Marshall, y Helga Emde.
Lorde se identificaba como guerrera, mujer, negra, madre, lesbiana, poeta; pugnaba por no reducirse a una de aquellas identidades, sino reafirmarlas como fuente de fuerza.
Supone negar por completo la función creativa que las diferencias desempeñan en nuestras vidas.
Las diferencias no deben contemplarse con simple tolerancia; por el contrario, deben verse como la reserva de polaridades necesarias para que salte la chispa de nuestra creatividad mediante un proceso dialéctico.
[3]En 1979, Adrienne Rich hizo una entrevista a Audre Lorde donde, entre muchísimas cosas, le pregunta por su infancia.
[10] Lorde enfoca la historia de su vida en sus experimentos con el lenguaje y la comunicación.
Esta comunicación no verbal abrió la puerta a un mundo subterráneo en las relaciones personales, una parte del lenguaje que no es explícita y hay que aprender a desentrañar.
Comenzó a pensar en burbujas, de manera caótica, lírica y la norma, la exigencia, era un pensamiento mucho más restringido, recto.