[1] Las santas vírgenes Aurelia y Neomisia nacieron en Asia Menor.
[1] Estuvieron en los lugares donde Jesucristo nació y vivió e hicieron el trayecto de la Pasión hasta el monte Calvario.
[1] En el trayecto que hicieron se les atribuyeron, según la tradición, muchos prodigios.
Un fuerte temporal hizo que los atacantes se dispersaran y dejaran libres a Aurelia y Neomisia, que pudieron proseguir su viaje, aunque muy malheridas.
Dice la tradición que Aurelia salvó a los fieles de la parroquia.
El cura le hizo caso y, ya a salvo los fieles, ocurrió lo que predijo.
[6] Su muerte la señala Baronio a principios del siglo XI.
Aparecen otra vez en la pared izquierda junto al altar.
En la hornacina que Giacomo de Guerra hizo pintar en 1324, las santas están a ambos lados del obispo Pietro.