Los primeros grupos paramilitares en Cundinamarca fueron creados por Henry Pérez y Gonzalo Rodríguez Gacha.
[2] Mantenían un pacto de no agresión con las FARC-EP hasta que estas masacraron a 12 paramilitares en Caparrapí.
Por su parte las Autodefensas Campesinas de Casanare bajo del mando de alias “Martín Llanos” operaban en Fusagasugá, Silvania y Viotá, mientras que en los municipios del oriente cundinamarqués, entre ellos, Machetá, Gachetá, Gachalá, y Medina, hacía presencia el Bloque Centauros.
[4] Las Autodefensas de Cundinamarca cometieron homicidios, torturas, desplazamiento, desaparición forzada, violencia sexual.
[5][6] Estarían vinculadas al asesinato del capitán de la Policía, William Javier Montilla, y el agente Ancízar Sánchez.