Avshalom Haviv

Nacido en la ciudad de Haifa, se trasladó con su familia a Jerusalén cuando era un niño.

Se unió a las filas del Irgún Tzvaí Leumí mientras cursaba sus estudios secundarios.

Durante todo el transcurso de la batalla continuaron luchando y cubriendo la retirada de los fugitivos hasta agotarse las municiones y ser capturados por las fuerzas británicas en el último momento.

No obstante, vosotros, "gran civilización de Albión", no tienen reparo alguno en cometer los peores crímenes y torturas contra nuestros prisioneros de guerra cada vez que caen en vuestras manos.

Pero los pueblos del mundo deben enterarse de las horribles atrocidades que cometen las fieras británicas en nuestro país.

Pero no solo de la lección histórica de pueblos como Irlanda o Estados Unidos no habéis aprendido nada, tiranos británicos; tampoco conocéis el espíritu del hombre libre.

Vosotros creéis que mediante una cantidad apropiada de soldados armados o con la ayuda de intrigas puede mantenerse el dominio sobre un país insurreccionado cuyos habitantes ven en vosotros a invasores y ocupantes.

La fuerza bruta o la intriga no se sostendrán bajo ninguna circunstancia frente al espíritu del hombre libre.

Se rebelará y luchará aunque lo desprendáis del cuerpo pasajero; pero vosotros, a quienes vuestra necia arrogancia os ha enloquecido, ¿que tenéis en común con el espíritu del hombre dispuesto a dar su vida por la libertad de su gente?

Después informaron a gritos que a las 4 se iniciaría la ejecución de la sentencia en el siguiente orden: Avshalom Haviv, Meir Nakar y Yaakov Weiss, y los sentenciados agregaron: "Vengad nuestra sangre".

En seguida guardias policiales armados, que se encontraban siempre en el lugar, subieron al cercado de las visitas, próximo a nuestras celdas.

Los cadáveres estuvieron colgados veinte minutos cada uno y se los quitó separadamente del calabozo.

A la mañana temprano, comunicamos a la alcaldía, por intermedio del oficial árabe de la zona, que no nos hacíamos responsables por la vida de ningún inglés que entrara hoy en el patio.

Incluimos una parte adjunta del diario de Avshalom escrito en el calabozo.

Marchó Dov hacia el patíbulo y cantó: "Ser un pueblo libre en nuestra tierra".

Lo mismo que los mártires patriotas vencieron a la muerte y vivirán eternamente.

A nuestra vista ocurrirá un milagro que no habríamos imaginado nunca.

Durante setenta generaciones habíamos doblado la espalda e inclinado la cabeza.

Memorial dedicado a Avshalom Haviv.