Bóveda de diamante

Fue ampliamente utilizada sobre todo en los países de Europa Central.

Las bóvedas de diamante son techos cóncavo-convexo tan complejos que, como su nombre indica, evocan las facetas de una piedra preciosa tallada.

Apareció por primera vez en 1471 en el palacio de Albrechtsburg en Meissen, Alemania, y se emplearon durante casi un siglo en lugares tan distantes como Gdansk, en el Báltico, y Bechyne en Bohemia Meridional (actual República Checa).

Arquitectónicamente, ofrecen algunos de los ejemplos más impresionantes de la experimentación geométrica y versatilidad tanto en espacios sagrados como profanos.

Las bóvedas tienen la capacidad de integrar o compartimentar visualmente los interiores: pueden expandirlos por la recesión sin costuras o disminuirlos por la presencia pesada y claustrofobica de las aristas.

Una bóveda de diamante en la basílica de San Jorge en la ciudad polaca de Kętrzyn
Vista de la misma bóveda de Senftenberg