La baja presión térmica en la península ibérica se refiere a una zona de baja presión atmosférica que se forma debido al intenso calentamiento de la superficie terrestre durante los meses más calurosos del año, especialmente en julio y agosto.
Este tipo de bajas presiones suele desarrollarse en áreas con escasa vegetación y en ambientes secos, típicos de las regiones subtropicales.
[3] Este calor se transfiere a las capas bajas de la atmósfera, haciendo que el aire se vuelva menos denso y ascienda, generalmente hasta los 1500 metros de altura.
[1][2] La circulación generada por la baja térmica es débil, difusa y de carácter estacionario, ya que solo aparece durante el verano y en las horas centrales del día, cuando la radiación solar es más intensa.
Este fenómeno desaparece cuando las temperaturas comienzan a bajar o con la llegada de una vaguada o frente frío que atraviese la Península, aunque puede reaparecer si las condiciones de calor persisten.