Balar

[1]​ Poseía un ojo en la frente y otro maligno en la parte posterior del cráneo que habitualmente mantenía cerrado.

Al darse cuenta de que Lug se le acercaba intentó volverlo a abrir.

Balar tenía una sola hija: Ethniu, también llamada Ethné, a la cual encerró en una torre inexpugnable.

Ethné creció prisionera, y sus compañeras jamás le hablaron de los hombres.

El primero era herrero, y el tercero tenía una vaca, cuya leche era tan abundante que despertaba la envidia de todos.

Balar quiso robarla y se presentó en la forja en el momento en que la vaca era guardada solo por uno de los tres hermanos.

Pidió asilo en la torre, y una vez concedido, el hada durmió a las doce compañeras de Ethné.