Así pues, desde pequeño, observó las transformaciones en la masa de la harina y en el mosto y, durante su trayectoria profesional, se dedicaría a investigar precisamente las transformaciones que la acción de los microorganismos producen en la materia.
Este instituto le concedió una beca para especializarse en Microbiología Agraria y Técnica en Italia.
Ambos residieron en Italia durante tres años y allí nació su primera hija, Rosa.
[3] Con sus estudios se ha dividido España en 23 zonas, según las levaduras y bacterias propias de esas regiones.
Es decir, elaborarlo sin aditivos ajenos al proceso que se produce en la naturaleza.