En el centro del Paraíso también está la Madre di Dio orante, liderando las filas de los elegidos y a través de Cristo y la humanidad, con un manto azul, representada en perfecto eje simétrico con el Cristo Pantocrátor.
[2] En el tambor pintó Storie della Genesi [Historias del Génesis], en las pechinas los Profeti ed Evangelisti [Profetas y Evangelistas], donde ya mostraba un estilo menos bizantino, como las figuras insertadas en verídicas habitaciones pintadas de manera ilusionista.
A partir del análisis de estas elecciones estilísticas, queda claro cómo el uso o no de efectos rétro fueron para Giusto un preciso componente deliberadamente buscado con fines expresivos y simbólicos: es quizás el único pintor del Trecento que elige conscientemente qué lenguaje usar.
Dios Padre puede interrumpir el curso de los acontecimientos naturales para manifestar su voluntad al hombre: esto sucedió, por ejemplo, durante las tres horas del eclipse solar que acompañaron la agonía y muerte de Jesús.
La Anunciación se ubica en un edículo arquitectónico, cuya configuración parece a primera vista tradicional: el Ángel y la Virgen están separados por una columna central que, al resaltar, repite la tradicional partición del espacio emblemático en un mundo humano y en un mundo divino.
La transferencia de esta idea a un tema que no la implica es particularmente importante.