La baraja francesa es un conjunto de naipes o cartas, formado por 52 unidades repartidas en cuatro palos: corazones, diamantes, tréboles y picas.
Sin embargo, el nombre francés de este último palo, carreau, no tiene que ver con la riqueza y sí con la forma del dibujo.
Independientemente de cuál es su origen, las barajas con los símbolos franceses ya se usaban durante las primeras décadas del siglo XV.
Algunos incluso atribuyen su invención al caballero Étienne de Vignolles, más conocido como La Hire, que murió en 1442.
Cada uno de estos colores está compuesto por trece cartas: Uno, Dos, Tres, Cuatro, Cinco, Seis, Siete, Ocho, Nueve, Diez, representadas por los números correspondientes, y las tres figuras, que se llaman Valet (V), Dame (D) y Roi (R).
La literatura y la política aportaron durante el siglo XIX su propia iconografía, es posible encontrar barajas cuyas figuras se inspiraron en novelas célebres como Los tres mosqueteros, e incluso una baraja en la que los reyes son Victor Hugo, Mac Mahon, Thiers y Jules Ferry.