También se le atribuye la puerta de la Catedral de Ravello, que es la única que tiene una fecha indiscutible (1179), encargada por Sergio Muscettola, el marido de Sigilgaida Pironti.
Los paneles se moldean, acabados en frío y aplicados en una base de madera, técnica más cercana a la orfebrería que a la propia escultura, y muestran las influencias árabes y bizantinas.
Barisano antepuso el gusto de la decoración al simbólico, evidenciando un estilo que tiene alguna afinidad con los países nórdicos.
Aquí se pueden ver figuras de arqueros y malabaristas que también se encuentran en la de Trani.
El trabajo en la puerta de Monreale, consta de 28 paneles que representan cuarenta y dos figuras; sin embargo, muestran mayor intención escultórica que en las anteriores puertas.