Sin embargo, su importancia fue reforzada por la construcción del templo, que inició en 1767 y se terminó en 1789.
[1][2] A principios del siglo XX el barrio había crecido hacia el sur hasta colindar con el barrio de San Marcos, y hacia el norte y noroeste alcanzando el arroyo de Los Arellanos.
El templo se construyó en un predio cedido por un hombre de apellido Sedillo y con donaciones hechas por el presbítero José Javier Tello de Lomas y el licenciado Francisco Flores Robles.
La fachada es de un barroco exuberante, característico del Bajío consagrado por su filigrana en piedra.
[3][2] El interior del templo posee una decoración recargada, destacando el púlpito realizado en Tecali, piedra volcánica parecida al mármol y las cuatro pinturas de las pechinas con las cuatro apariciones de la Virgen.
Fue edificado entre 1956 y 1957 para albergar al Señor de los Rayos que es venerado en Temastián, Jalisco, lugar donde se encuentra su santuario.