La ermita primigenia se construyó en el 1590 para celebrar la intercesión de la virgen, quien salvó la vida del hacendado jíbaro Giraldo González ante la embestida de un toro a campo abierto.
[1] Un segundo milagro se le atribuye a la Virgen de la Monserrate al cuidar por el bienestar de la nieta del mismo, la cual anduvo perdida en el monte por quince días.
Años después, Giraldo González enviudó y emprendió una vida como religioso, desempeñando como capellán de la ermita.
[1] Es el único pueblo de la Isla que surgió en torno a unos milagros atribuidos a la virgen María y las peregrinaciones que ese acontecimiento generó.
Detrás, la breve meseta de la cumbre deja espacio a la histórica Casa de Peregrinos, actual casa parroquial, separada del atrio por una calle intermedia.
Los exvotos de oro, plata y cera (expresan la parte del cuerpo enfermo (pie, mano, ojos, etc. que las personas traían en agradecimiento y los prendía en el manto de la Virgen.
Durante las 9 noches de la novena la imagen es llevada en procesión por el atrio del Santuario y en su día es paseada por las calles del pueblo respectivamente, cabe señalar que es la imagen de la Virgen que más sale en procesión en todo Puerto Rico.