La capilla se edificó por sugerencia del alcalde pedáneo y juez poblador, Francisco Leonín de Estrada, incentivado por los habitantes que urgían su construcción para proporcionarle importancia a la colonización.
Julián Palacio propone que se comenzaran los trabajos del templo en el próximo mes de abril.
[8] Entre tanto, en la Diócesis de Antioquia se tramitaba una solicitud para que el prelado autorizara la edificación del nuevo templo.
[7] En esa misma fecha de la demolición del viejo templo, el párroco Julián Palacio envió un oficio al provisor Pbro.
Para ello se contactó al arquitecto José María Zapata para que comenzara el 1 de diciembre, y se contrataron con Manuel Antonio Misas seis mil ladrillos por un valor de treinta y ocho pesos con ocho décimos el millar.
Debía hacer todo lo necesario por contactar preferiblemente a un sacerdote jesuita que era muy instruido en arquitectura teórica y práctica.[n.
Para obtener capital se planteó organizar un bazar y establecer para los habitantes una contribución mensual como la que recaudaba en otro tiempo el Pbro.
Abierta la discusión, todos los integrantes de la Junta, así como las personas presentes, estuvieron conformes en que se suprimiera el pórtico del proyecto.
Por lo cual, sin lograr obtener más capital, era imposible continuar la obra, y al no quedar alternativa, la Junta ordenó el 12 de octubre de 1895 que se condenaran las puertas laterales del templo y que se construyera una cerradura con dos llaves para la puerta del medio.
En el mismo mes se consiguieron tres mil ladrillos y cuatrocientas tejas para seguir con los trabajos de la construcción.
Una caja que se encuentra en la cornisa del tercer cuerpo, destruirla en absoluto y luego desarrollar un plano inclinado para el derrame de las aguas.
Con esta clase de mezcla deben revocarse todas las proyecciones del torreón incluyendo el último cuerpo.
El señor don Félix Díaz está bien poseído de la manera como debe desarrollarse todo lo que dejo dicho.
Guzmán también lo está en cuanto al reparo de las hendiduras, caja, planos inclinados y revoque engrasado.
Es verdad que esta clase de obra es bastante más cara, pero en cambio el revoque hecho con este material queda desde luego impermeable y desafiando los siglos.
12][9] En sus primeros veintidós meses al frente de la parroquia realizó una gran actividad para lograr el templo que hoy está erigido.
Además, como el área urbana se localiza sobre un terreno inclinado, y al estar la basílica sobre la parte alta del parque, adquiere un efecto visual de mayor altura, aumentando su jerarquía.
Además, solo la fachada principal y la oriental dan directamente al espacio público, pues en la parte posterior de la iglesia se encuentra la casa cural, y por el lado occidental se halla la Escuela Rosenda Torres, pero ninguna de estas construcciones la supera en altura.
Cuenta con tres accesos, el central y dos laterales, cada uno de los cuales coincide con las naves longitudinales del templo.
El transepto antecede al área principal del templo, que se encuentra remarcada por un comulgatorio de mármol (barandilla) y elevada tres escalones.
[12] En cambio, el pavimento de las naves está compuesto por baldosas de cemento pigmentado, conocidas como baldosa hidráulica artesanal o mosaico hidráulico,[n. 13] que en conjunto conforman un mosaico en tonos amarillos, verdes, blancos, grises y rojos, con motivos fitomorfos y geométricos repetitivos.
En esas condiciones permaneció, hasta que en 1930 el padre Julio Ortega sufragó los gastos para ponerle un nuevo marco y por primera vez una protección de vidrio.
Existen otras versiones o leyendas sobre el origen del cuadro que son falsas, pues tienen inconsistencias y carecen de fuentes históricas.
Luego el representante de la casa, Franco Lucarini le comunicó al padre Jiménez que había problemas para cumplir con la fabricación del altar y el comulgatorio, pues Italia estaba paralizada por una serie de huelgas, por lo cual, el levita le informó del gran perjuicio para la parroquia si no se cumplía e imploró que se agotaran todos los medios para no retrasar la inauguración.
Entre tanto se guardaron en un cofre metálico, protegidas con el sello episcopal de monseñor Miguel Ángel Builes, quien las dio en custodia al cura párroco.
Durante la ceremonia que duró dos horas, las reliquias de los santos Teódulo, Marcial, Modestina y Amanda fueron guardadas en el ara.
[12] Lleva en el centro un escudo con las iniciales "I.H.S" (es un monograma del nombre de Jesucristo) y termina en lo alto en una cruz.
Todos los teclados están dispuestos en una consola, la cual está separada y puesta delante del órgano con vista al altar mayor.
[12] El reloj anuncia las horas, las medias y los cuartos, y dispone de sus propias campanas para tal fin, siendo el mecanismo del reloj quien automáticamente las hace sonar por medio de cuerdas, que a su vez hacen mover unos martillos que las golpean.
La cruz tiene un característico resplandor generado por el enchapado de cobre, realizado por orden del párroco Roberto Arroyave.