Basílica de Nuestra Señora Aparecida

La basílica está atendida pastoralmente por los misioneros de la Congregación del Santísimo Redentor.

Los pescadores, entre los que estaban Domingos Martins, João Alves y Filipe Pedroso, comenzaron a trabajar en el río Paraíba do Sul pero no consiguieron nada.

Pero el número de los fieles continuó aumentando y la construcción tuvo que hacerse cada vez más grande.

En 1930 el Papa Pío XI declaró a Nuestra Señora Aparecida Patrona de Brasil.

En 1946 se empezó a construir la actual Basílica y en 1980 fue consagrada por el papa Juan Pablo II.

El salón principal de la iglesia tiene capacidad para 30.000 personas, y puede ampliarse hasta 300.000 durante celebraciones al aire libre.

[3]​ La "Basílica Nueva" fue construida en el Morro das Pitas, con movimientos de tierra iniciados en 1952 y concluidos en 1954.

Durante su visita, el Papa entregó al Santuario una Rosa de Oro.

Imagen original de Nuestra Señora Aparecida en el altar de exhibición permanente dentro de la Basílica.