Tiene unas dimensiones de 21 x 14 m y una orientación este-oeste.
Al este de la nave mayor había un sanctuarium, donde se encontraba el altar.
Los mosaicos se incorporaron con posterioridad, alrededor del siglo VI.
[2] Los restos de la basílica fueron hallados por el clérigo Joan Aguiló Pinya, quien adquirió los terrenos en los que se encuentran el yacimiento y realizó excavaciones en 1912.
[4] En 1920 Josep Puig i Cadafalch dio a conocer los hallazgos de Aguiló en el Anuario del l’Institut d’Estudis Catalans.