Tras su puesta en libertad fue extraditado a Siria donde fue detenido y recluido en régimen de incomunicación en lugar no revelado.
La ONU establece que "ningún Estado Parte procederá a la expulsión, devolución o extradición de una persona a otro Estado cuando haya razones fundadas para creer que estaría en peligro de ser sometida a tortura".
Fue detenido el 24 de marzo en Ugena (Toledo), lugar donde trabajaba.
La acusación contra Ghayoun se basaba en la declaración de dos testigos que decían haberle reconocido en uno de los trenes donde se cometieron los atentados.
Durante el proceso se declaró inocente y condenó los atentados.