El 7 de enero, el jefe del Frente Al-Nusra, Abu Mohammed al-Joulani, llamó a un alto al fuego.
Sin embargo, a diferencia de otras regiones, el Frente al-Nusra optó por aliarse con los rebeldes para luchar contra el EIIL.
Un militante opositor aseguró la urbe estaba «completamente paralizada» debido a la falta de agua corriente y electricidad.
Asimismo, los islamistas recibieron refuerzos desde Irak y lanzó un contraataque.
[2] Dos días después, los rebeldes debieron replegarse hacia el este.