Desde ahí trato de establecer contacto con su segundo, el teniente coronel Ignacio Asín, quien Sámano había mandado a Quilichao para detener el avance patriota del norte.
Al recibir esta noticia, Asín marchó hacia Calibío perseguido por las tropas patriotas al mando del coronel José Igancío Rodríguez quien había marchado desde el Valle del Cauca en dirección a Popayán.
Nariño situó su ejército sobre el campo del Bajo Palacé donde 3 años atrás el brigadier Antonio Baraya había vencido al Coronel Miguel Tacón y Rosique en la Batalla del Bajo Palacé.
Nariño se situó ahí en un intento de impedir que Asín y su columna pudiera reunirse con Sámano en Calibio.
Igualmente Nariño estaba a la espera de las tropas del coronel José Ignacio Rodríguez y las tropas de Antioquia bajo el coronel José María Gutiérrez.
[2] Mientras tanto el coronel José María Cabal comandante de la vanguardia del ejército patriota desarrolló una intensa actividad de reconocimiento sobre el campo enemigo en Calibío observandolo detalladamente.
El despliegue de las tropas patriotas se ejecuta inmediatamente y forman 3 columnas para enfrentar a los realistas de esta forma: una columna a la derecha al mando del coronel José María Cabal, la del centro que constituye el grueso del ejército al mando del teniente general Antonio Nariño y su segundo el brigadier José Ramón de Leyva junto con la artillería patriota, y una columna a la izquierda la cual fue constituida por el batallón Socorro al mando del sargento-mayor Pedro Monsalve junto con las tropas del teniente coronel José Ignacio Rodríguez.
[10] El ataque patriota empieza por el centro y la izquierda con duelos de artillería que son contestados inmediatamente por los realistas.
Por la brecha abierta cargó la caballería patriota la cual logra envolver la División de Lima.
[7] 9 oficiales realistas perdieron sus vidas siendo el más importante el segundo comandante del ejército, el teniente coronel Ignacio Asín quien murió cuando resistía bravamente el empuje la División de Cabal.
El valor de este bizarro oficial fue reconocido por parte de sus adversarios, pero al encontrar su cadáver el coronel Rodríguez lo decapitó y lo presentó al general Nariño como un trofeo, a lo cual Nariño regañó duramente a Rodríguez por su mala conducta y por haber cometido un acto injustificable que violaba la leyes cristianas.