Al acercarse, las fuerzas cruzadas iban en una marcha ruidosa y fueron inmediatamente sometidos a una lluvia de flechas.
[2] El pánico cundió inmediatamente y en minutos el ejército entró en una huida en desbandada al campamento.
La mayoría de los cruzados fueron masacrados (hasta 60 000 personas según algunas crónicas); aun así, mujeres, niños y quienes se rindieron fueron perdonados.
[3] Tres mil, incluyendo a Godofredo Burel, fueron capaces de obtener refugio en un castillo abandonado.
: 132 Finalmente una fuerza bizantina bajo el mando Constantino Katakalon fue capaz de levantar el sitio sobre los supervivientes.