El objetivo de la batalla, por parte de los cubanos, era evitar la reconquista de la ciudad de Bayamo por las tropas españolas del General Blas Villate.
Los intentos españoles por recuperar la ciudad no se hicieron esperar, pero el ejército español fue derrotado en la Batalla de Pinos de Baire, el 26 de octubre.
Hacia fines de diciembre de ese año, el General español Blas Villate, conde de Valmaseda, al mando de varios miles de efectivos con artillería se dispuso a retomar la ciudad rebelde.
El 30 de diciembre, el líder independentista cubano Carlos Manuel de Céspedes recibió la noticia de las intenciones del conde de Valmaseda, por lo que ordenó a sus principales generales que defendieran todos los caminos y accesos a la región, uno de los cuales era el río Salado.
[1] La derrota en esta batalla, significó para los cubanos la imposibilidad de defender Bayamo ante el muy superior ejército español, por lo cual, las tropas cubanas y la población civil tuvieron que abandonar la plaza, no sin antes incendiarla.