Las tropas realistas, en movimiento desde Gandía, se toparon con los agermanados en el río Vernisa y estos estaban preparados.
La disposición táctica agermanada quedó organizada en dos grupos, una facción en la ribera del río Vernisa y otra bajo el azud de Palma.
[1] La infantería realista recibió dos impactos de la artillería agermanada en uno de sus escuadrones, por lo que optó por la retirada táctica, debido a la traición por parte del artillero y los comuneros del ejército realista, que traicionaron al Virrey y no inflingieron daño a los agermanados.
Sumado a esto, parte de las tropas del virrey, abandonaron sus posiciones y se dedicaron a saquear Gandía y los pueblos de alrededor.
[3] Tras la batalla y facilitado por el hecho de la huida del duque a Denia donde le esperaba una nave genovesa,[2][3] en dirección a Peñíscola los agermanados saquearon la villa y la huerta de Gandia, pretendieron violar a monjas y bautizaron a la fuerza los musulmanes de la Safor, la Marina y la Costera, lo que posteriormente acarreó graves consecuencias.