[2] Después de esto, Marco Didio Severo Juliano ofreció una cuantiosa suma y fue proclamado por los pretorianos como el nuevo emperador.
[5] Severo le envió una carta a Albino reconociéndole como césar, prometiéndole cogobernar[6] (principalmente porque sabía que los senadores lo querían mucho),[7] se hizo con el control de los Balcanes a excepción de Bizancio y marchó sobre la península itálica,[8] tomaba Rávena sin luchar y entraba en Italia.
[11] El 1 de junio entraba victorioso en la capital[12] Didio fue asesinado por un soldado común poco después.
[20] Al parecer, Severo había enviado cinco mensajeros con dagas ocultas para asesinarlo[21] en una reunión privada, pero Albino se dio cuenta, los arrestó y torturó hasta que confesaron.
[23] Les recordó que le había dado una parte del Imperio al rebelde[24] pero ahora tomaba las armas contra él.
[33] Muchos amigos de Albino desertaron, capturaron a generales del rebelde y los entregaron al emperador, que les castigó.
[35] El procónsul de la Tarraconense nombrado por Pertinax, Lucio Novio Rufo, se unió al rebelde y muchos nobles locales aportaron dineros a dicha causa.
[43] Esto es poco probable, ya que Severo contaba con 16 legiones a sus espaldas, principalmente danubianas (I Adiutrix, I Italica, II Adiutrix, II Italica, III Italica, IV Flavia Felix, V Macedonica, VII Claudia, X Gemina, XI Claudia, XIII Gemina y XIV Gemina),[44] pero en la campaña se le unieron las 4 legiones del Rin (I Minervia, VIII Augusta, XXII Primigenia y XXX Ulpia Victrix).
En cambio, Albino tenía las 3 legiones de Britania (II Augusta, VI Victrix y XX Valeria Victrix) y quizás la de Hispania (VII Gemina),[45] pero otras fuentes dicen que esa unidad se mantuvo neutral.
Los rebeldes procedieron a acercarse y arrojar jabalinas sobre los soldados de Severo, para luego fingir huir en desorden.
[47] Su primera línea cayó al romperse la cubierta y la segunda acabó encima de ellos, el resto empezó a retirarse en desorden hacia un barranco.
Durante el combate cayó de su caballo y su ejército, creyéndole muerto, casi proclama a otro emperador.
[52] Al parecer, el militar había esperado que ambos monarcas murieran y los soldados lo proclamaran en el campo de batalla, pero al ver que ambos sobrevivían decidió participar y ayudar a su emperador.
[54] Cuando llegó la ayuda, los ilirios tuvieron esperanza, montaron a su emperador en otro caballo y le devolvieron su capa imperial.