Después de su derrota al intentar tomar Huanta, Manuel Hurtado de Mendoza y José Gabriel Béjar abandonaron Huamanga, llevando a las autoridades locales a solicitar al teniente coronel realista, Vicente González, ocupar la ciudad.
[7][8] Finalmente, el teniente coronel graduado Isidro Alvarado fue enviado de regreso a Huanta con una compañía.
Fue un éxito, pues mataron a muchos guerrilleros sin sufrir ningún muerto, sólo quedaron rezagados 10 honderos en Tambo.
[8] Se envió al coronel José Nicolás Lecoma con 50 fusileros y 70 lanceros a adelantarse hasta la hacienda Matará.
Empezaron a hostilizar Huamanga, interrumpiendo las comunicaciones entre González y Basagoytia, quienes debían hacer frecuentes salidas para quemar los pueblos favorables de los rebeldes.
[21] Lo que pocos sabían es que Pucatoro había negociado entregar a sus tropas y armas a cambio del perdón con los jefes realistas, quedando en pausa tal maniobra por la llegada de Béjar y Mendoza.
[19] Esa era la situación, cuando el 24 de marzo llegó a Huamanga un oficio del general rebelde Pedro Paz, quien asediaba Matará, anunciando la caída de Cuzco ante el brigadier realista Juan Ramírez Orozco, cuyas avanzadillas ocupaban Abancay y marchaban a Huancarama.
[23] El 14 de abril, en Huamanga, Pucatoro se rindió con sus oficiales, soldados y armas a cambio del indulto.