Batalla de Orzechowo

La batalla se saldó con la victoria rusa, que infringió unas perdidas considerables a la fuerza ligera polaca teniendo en cuenta la diferencia numérica de ambas tropas.

La Corona rusa apoyó a los oponentes de la confederación, lo que le dio una razón formal para enviar sus tropas al territorio polaco y abrir operaciones militares contra los confederados, si bien ya había destacamentos rusos previamente, pues la influencia se remontaba al reinado de Augusto II.

[1]​ Al acercarse al pantano, sobre el cual se arrojaron 3 o 4 líneas de los granaderos del teniente Sájarov se apresuraron hacia los puentes y los guardabosques, girando a derecha e izquierda, abrieron fuego con rifles.

Después de cruzar el pantano, Sajárov alineó la compañía con la retaguardia mirando hacia un denso bosque impenetrable para la caballería.

Carabineros y dragones siguieron a la infantería al otro lado de la carretera.

La infantería de Suvórov se enfrentó a los polacos con un intenso fuego y los hizo retroceder.

Durante la batalla, el propio Castelli se topó con el joven Casimiro Pulaski, llamado a ser el futuro «padre de la caballería estadounidense», pero su hermano mayor, Francisco, acudió en ayuda de Casimiro: con el sable en alto, se abalanzó sobre Castelli, salvó a su hermano a costa de su propia vida, pues tras la carga recibió un disparo de pistola a quemarropa.

Los confederados estaban tan conmocionados que solo una vez durante la retirada decidieron contraatacar y comenzaron a alinearse, pero pronto se dieron la vuelta y se apresuraron más, aunque solo fueron perseguidos por unos diez soldados de caballería liderados por Suvórov.

Heridos: el teniente Ditmarn en la mano izquierda de bala, 4 cazadores y 1 artillero.

Así, las pérdidas de las tropas rusas fueron insignificantes: 5 personas murieron y 11 resultaron heridas.

Al día siguiente, las fuerzas confederadas debían cruzar el Bug Occidental para reagruparse en Włodawa.

Ante el avance conjunto de Roenne y Suvórov hacia Włodawa, las fuerzas polacas acabaron por dispersarse para prevenir su derrota total.