Escogió desplegar su ejército en Solacón, controlando las distintas rutas de la llanura mesopotámica, y especialmente el acceso a la principal fuente local de agua, el río Arzamonte.
Kardarigan, confiado en la victoria, avanzó contra los bizantinos, pero habían sido advertidos y se desplegaron en orden de batalla en cuanto los persas alcanzaron Solacón.
Kardarigan desplegó también sus tropas y las lanzó al combate, ganando terreno en el centro, pero el flanco derecho bizantino rompió el ala izquierda persa.
En aquel momento, los soldados del exitoso flanco bizantino rompieron filas y se dirigieron a saquear el campamento persa, pero Filípico fue capaz de restablecer el orden.
Entonces, mientras el centro bizantino se veía obligado a formar un muro de escudos para soportar la presión sasánida, el ala izquierda romana también logró imponerse al flanco derecho enemigo.