Desde estas bases realizaban razzias con el fin de capturar mercancías y personas que serían vendidas en otros puertos musulmanes.
Debido a la gran veneración que le profesaban sus monjes el rescate fue pronto pagado y el abad liberado.
La antipatía hacia los piratas sarracenos unía tanto nobles como plebeyos y juntos pidieron al conde Guillermo I de Provenza que actuara contra los musulmanes.
Los musulmanes conocedores de esta amenaza se enfrentaron a los provenzales en los Alpes, siendo derrotados en cinco batallas por estos (Embrun, Gap, Riez, Ampus y Cabasse).
La Garde-Freinet fue destruida hasta los cimientos y los restos del ejército musulmán huyeron a un bosque cercano, donde fueron capturados o muertos.