Gil-galad y los Númenóreanos guardaban el Lhûn, asegurando a duras penas la defensa de los Puertos Grises.
Acudió en su auxilio el rey Tar-Minastir con grandes fuerzas, siendo las huestes de Sauron derrotadas y rechazadas.
Pese a este nuevo reagrupamiento de las tropas de la sombra, Sauron se encontró una vez más con un ejército númenóreano en la retaguardia, pues Ciryatur había desembarcado ya una gran fuerza en la desembocadura del Gwathló.
En la Batalla del Gwathló, la derrota de Sauron fue completa, tanto que él mismo apenas logró escapar.
Eriador fue liberada y Sauron derrotado, pero este, desde la seguridad de Mordor, juró venganza contra Númenor.