[2] Con cinco años superó una grave enfermedad, al parecer causada por una fiebre reumática, que se reprodujo en la edad adulta periódicamente.
Cuando contaba siete años falleció su padre, heredero del mayorazgo de Rivas, y su madre cayó en depresión.
[4] Al enviudar en 1596 hizo voto de castidad y vistió el hábito y toca monjil, aunque no profesase, convirtiéndose en administradora de un rico patrimonio, aunque fuertemente endeudado.
[8] Con el carmelita, que en 1593 había caído prisionero de piratas berberiscos y permanecido año y medio cautivo en Túnez, sobre lo que escribió un Tratado de Redención de cautivos, tuvo Beatriz Ramírez estrecha relación espiritual, que continuó por vía epistolar cuando el padre Gracián fue destinado a Flandes en 1607.
Tras obtener la aprobación, una noche se fugó de las bernardas con sus criadas y por el camino recogió a tres monjas fugadas de la Concepción Jerónima, a las que al día siguiente se sumó su hija Juana del Corpus Christi, que sería posteriormente priora del nuevo monasterio como fundadora.
Beatriz Ramírez y quince de sus criadas tomaron a continuación el hábito como novicias.
Su cuerpo se expuso en el coro bajo, donde había pedido ser sepultada como las más pobre de las hermanas, mostrándose «el cuerpo difunto tan hermoso y con rostro tan sereno como si no hubiera expirado».