Destacan en este yacimiento los restos de un templo consagrado a Isis conocido en la antigüedad clásica como Iseum o Isidis Oppidum.
El templo, del periodo Saita, fue construido o parcialmente reconstruido por Nectanebo I Jeperkare (se ha encontrado su nombre inscrito en una estatua de Harsiese, el visir de Nectanebo II) y Nectanebo II Senedyemibra, que erigió la capilla de Osiris-Hemag, y probablemente también un dromos con esfinges, situado frente a la entrada principal.
El templo fue reformado por Ptolomeo II Filadelfo, y en la fachada hay una inscripción que proclama: "Isis la grande, la madre divina"; tras esta fachada, hay indicios de la existencia de una gran sala hipóstila.
El santuario de Isis fue la parte más grande del templo y estaba rodeado de capillas al norte, este y sur; otras capillas fueron dedicadas a Osiris.
En 1991, la francesa Christine Favard-Meeks publicó una propuesta para la reconstrucción del templo estudiando los bloques preservados.