Situada en el valle de Perpuchente, al que cruza el río Serpis.
Su término municipal limita con los de Gayanes, Lorcha, Planes, Beniatjar y Salem.
Fue del señor de Beni Arráez (Beniarrés), el musulmán convertido al cristianismo llamado Almudino que perderá el lugar (debido a unas deudas contraídas) a favor de Ponç Guillem de Vilafranca, quien se lo apropió sin esperar sentencia del Justícia, por lo que Jaime I ordenó su resustitución.
La llegada del Tren Alcoy Gandía en 1893 supuso una importante mejora de sus comunicaciones.
Desde principios del siglo XX se produce un incremento de la población, y en las décadas de los 50-60 desciende notoriamente debido a una gran emigración hacia Francia; en los años 70 se estabiliza en unos 1712 habitantes.