También fue escritor, agricultor, vegetariano, feminista y se distinguió por su preocupación por el trato ético de los animales.
Después de convertirse en cuáquero, trabajó como marino y en 1718 se trasladó a Barbados.
[3] Ese mismo año, Lay se mudó a Barbados como comerciante, pero pronto sus principios abolicionistas, alimentados por su radicalismo cuáquero, lo hicieron impopular entre los residentes que se beneficiaban de la esclavitud y la trata de personas.
Cuando un transeúnte expresó su preocupación por su salud, dijo que los esclavos eran obligados a trabajar al aire libre en invierno vestidos como él.
[8][9] Benjamin Franklin había impreso el libro de Lay All Slave Keepers That keep the Innocent in Bondage, Apostates, un panfleto contra la esclavitud que fue vendido a dos chelines el ejemplar y a veinte chelines la docena.
Este retrato se conoció en el siglo XVIII, pero desapareció hasta que fue vendido en una subasta en 1977 por cuatro dólares, restaurado por conservadores en el Museo Winterthur y posteriormente vendido a la Galería Nacional de Retratos en Washington D. C.[2] Benjamin Lay murió en Abington, Pensilvania, en 1759.
Su legado continuó inspirando el movimiento abolicionista durante generaciones; A lo largo de principios y mediados del siglo XIX, era común que los cuáqueros abolicionistas mantuvieran fotografías de Lay en sus hogares.