Hijo del librero acomodado Valentín Francés Caballero y Verde-Soto y de su mujer María Matet y Torres de quienes ya recibió una educación orientada a la religión convirtiéndose en sacerdote a los dieciséis años.
A pesar de no haber ejercido tal encargo, se le considera como arzobispo titular.
Al triunfar el pronunciamiento de Rafael del Riego en 1820 y comenzar el Trienio Liberal, se exilió a Francia y al crearse la Regencia de Urgel (1821), se adhirió a ella y le cedió una parte de su palacio episcopal.
Temeroso de perder la vida, se exilió en Francia, donde murió años más tarde.
La capilla posee en lo alto su blasón heráldico y su sepulcro lo labró Rafael Sandro en colaboración con Justo Peyo.