Tras cursar estudios de filosofía y se ordenó sacerdote en 1761.
Dominaba el mallorquín, griego, hebreo, portugués, italiano, inglés, francés y alemán además de latín.
A su instrucción en teología, derecho canónico y civil, artes e historia se sumaban los conocimientos de geografía, geometría y álgebra.
Como obispo durante 24 años influyó mucho en la diócesis de Mallorca.
Fundó, el 1809, el Real Colegio de La Pureza en Palma para chicas.