Berriosuso

[2]​ Debido a que fue un enclave histórico importante, su posesión fue disputada entre nobles y eclesiásticos.

En 1667 era propietario del edificio y pechas de Berriosuso don Fausto Eslava, quien adquirió en esa fecha la jurisdicción criminal del pueblo por 600 ducados que pagó al erario.

Pasó a ser de esta forma lugar de señorío, que es como se mantiene hasta comienzos del siglo XIX.

Desde aquel año pertenece al conde de Guenduláin y herederos.

Berriosuso tenía en 1850 escuela, dotada con 640 reales al año.