Biofotón

El descubrimiento del biofotón se atribuye al ruso Alexander Gurvich, biólogo soviético que desarrolló la teoría de los campos morfogenéticos.

Las investigaciones tratan por lo general sobre puntos fundamentales de biofísica y materias relacionadas — por ejemplo, el metabolismo y el crecimiento y diferenciación de la célula, las relaciones entre la así llamada «luminiscencia retardada» y el espectro de las emisiones luminosas en la bioquímica de las macromoléculas en los tejidos vivos, etc.

No obstante, con esta técnica, solo podían analizarse muestras biológicas de pequeña dimensión, tal como fragmentos de tejidos celulares o semillas (grains).

Hace años que se está empezando a rearticular una investigación y aplicación científica de la biofotónica en relación con posibles terapias médicas.

[4]​ Por tanto, según Popp desarrolla en el artículo citado,[5]​ si utilizamos la hipótesis sugerida por estos hechos (la de la coherencia de los fotones) vemos que podemos predecir «una diversidad de fenómenos biológicos […] proveyéndonos con una base fiable desde donde poder examinar la teoría y obtener una comprensión más profunda de la biología».