Sin embargo, la nueva y segunda reina (Diana Rigg), está celosa de su hijastra Blancanieves (Nicola Stapleton) y le ordena a un cazador (Amnón Meskin) para matarla.
Al Rey se le rompe el corazón cuando se le dice que su hija Blancanieves fue comida por los animales salvajes, y más tarde muere en batalla.
La Reina Malvada hace tres intentos de matar a su hijastra.
En primer lugar, ella se disfraza de mujer gitana y ahoga Blancanieves con un corpiño blanco ajustado con cintas envenenadas, sólo para los siete enanitos para salvarla cortan posteriormente el encaje de las cintas del corpiño con unas tijeras.
Enfurecida ante esta respuesta, la Reina Malvada rompe su espejo, lo que le hace envejecer con rapidez.
Ella se apresura en su carruaje real a la iglesia a tiempo de ver que la novia es su hijastra Blancanieves; luego la reina envejecida se petrifica y estalla en pedazos, hasta que por último se desintegra ligeramente en cenizas arrebatadas y esparramadas por el viento fuerte.