Personas con el apellido Blanco tuvieron radicación, entre otros lugares, en el noroeste peninsular.
El apellido procede del adjetivo español blanco haciendo referencia al color de la piel, pelo o barba.
Los registros más antiguos datan del siglo XIII en Ponferrada, extendiéndose posteriormente por diferentes zonas del norte de España, cuyas ramas pasaron después, con la conquista española de América, a Chile y Venezuela, donde destacan especialmente entre la población.
También probaron su nobleza, en numerosas ocasiones, en las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada, así como su ingreso en órdenes militares.
[2] Este apellido se extendió por el noroeste peninsular (Galicia, Asturias, León, Zamora...) pasando también a América.