[2] En 1833 se lanzó nuevamente al campo, al frente de una reducida partida carlista, en el reino de Valencia, operando después en el Norte y en Cataluña más tarde, a las órdenes del general Guergué.
Sostuvo brillantes combates con las fuerzas de los generales isabelinos Gurrea, Niubó, Iriarte, Osorio, Uzpiroz, Montero, Ayerbe, Conrad y Sebastián, quienes no pudieron impedir la expedición de Royo de León a Benabarre, en dicho año.
Ascendió a mariscal de campo y llegó a reunir 7 brigadas bajo su mando, que comprendían 23 batallones, con su artillera y caballería.
[3] En 1848 volvió a entrar en España, haciendo de nuevo armas contra Isabel II.
Fue comandante general de las fuerzas carlistas de la Mancha, cayendo gravemente enfermo y teniéndose que refugiar en Portugal.